Deporte de iniciación

En el deporte iniciación el trabajo psicológico debe centrarse en la formación y trabajo con los responsables: Técnicos Deportivos y Padres de jóvenes deportistas.
El joven deportista debe tener una única prioridad: Disfrutar al tiempo que aprende.
El deporte infantil debe estar libre de presiones y exigencias por parte de los adultos. Los niños no son adultos pequeños, y no entienden el proceso competitivo lo suficiente como para que sea la base apropiada para su deporte.

Desde aquí, defendemos la Carta de los derechos del niño en el deporte
Que dice que todos los niños tienen derecho a:

  • participar en una amplia gama de deportes
  • participar a un nivel proporcionado con la madurez y la capacidad de cada niño
  • una dirección cualificada por parte de un adulto
  • jugar como niños y no como adultos
  • compartir las funciones de liderazgo y de toma de decisiones
  • participar en ambientes seguros y sanos
  • una preparación adecuada para la participación en los deportes
  • las mismas oportunidades para luchar por el triunfo
  • ser tratados con dignidad
  • divertirse al practicar el deporte

(La Carta de los Derechos del Niño en el Deporte es una adaptación de la Carta de los Derechos de los Deportistas Jóvenes preparada bajo los auspicios de la Alianza Americana para la Salud, la Educación Física, el Ocio y la Danza.)
No hay que olvidar que los niños se desarrollan a ritmos diferentes. Sin embargo, entre los 10 y los 13 años de edad, la mayoría de los niños se desarrollan física, social y psicológicamente hasta un punto en el que están listos, ansiosos y dispuestos para participar en el deporte.

Los niños se beneficiarán del deporte si se modifica para adaptarlo a sus niveles de madurez y destreza. Si se reduce el énfasis en la victoria, muchos más niños se beneficiarán de sus experiencias deportivas y seguirán considerando el deporte una actividad placentera.

No obstante, el ambiente en que los niños aprenden a practicar deportes está determinado en gran medida por los adultos. Las expectativas de los padres tienen un efecto importante en la actitud de los niños hacia la participación en el deporte, y en su conducta, niveles de rendimiento y disfrute.

Cuando los padres intervienen en el deporte infantil, frecuentemente tienden a poner gran énfasis en la victoria, el primer puesto, los trofeos, la agresividad y los procedimientos enérgicos de entrenamiento; es decir, en que los niños practiquen el deporte como los adultos.
Es aquí donde hay que prestar atención, si eso no va bien, el trabajo psicológico debe centrarse en el entorno del joven deportista.
No hay que olvidar nunca, que a la élite se llega desde la Iniciación. Digamos que también existe una “iniciación” a la élite